Se acabó lo que se daba

Después de un verano bastante agitado, con muchas alegrías, unas cuantas penas y demasiadas fiestas pongo punto y final a mi “año de relax”. Aunque tengo la impresión de que me ha faltado tiempo. Quería hacer muchas cosas y se han quedado sólo en bastantes.

Las fiestas han sido mejores que las de cualquier año, en parte por la gente (sois la hostia en bicicleta) y en parte por las circunstancias que no han sido del todo malas. Ahora toca volver a ponerse de los nervios con los exámenes, a los madrugones… Y aunque es similar a lo de años anteriores sé que todo va a ser muy distinto.

He tenido tiempo de pensar, de leer, de ver películas que iban siendo hora de ver, de seguir leyendo, de pasear, de escuchar más música, de conocer a más gente, de conocer mejor a otros (ya sea para bien o para mal) y, por supuesto, de conocerme mejor a mí misma. También he cumplido sueños y he creado unos nuevos mientras otros languidecían. También han habido cambios como que a algunas personas a las que consideraba amigos desde hace años, y por los cuales habría hecho cualquier cosa, han pasado a ser simples conocidos por los que no pondría jamás la mano en el fuego (porque ya hicieron que me quemase más de una vez, y a veces puedo pasar las cosas más o menos graves por alto pero todo tiene un límite) y viceversa.

En definitiva, no ha sido mal año. Así que desde aquí no me queda más que dar las gracias a todos, por las alegrías, por las penas, por las rabietas, por haber estado ahí o por haber faltado, por haberme demostrado amistad o por darme la puñalada, por contar conmigo o dejarme atrás; gracias a todos porque sea de la manera que sea me habéis ayudado a crecer como persona y aprender un poco más de qué va esto de la vida. Para bien o para mal mucha gente ha aportado su granito de arena y ha hecho que este año sea para mí, a pesar de todo y le joda a quien le joda (hablando en plata), uno de los mejores en 20 años.

Ahora empiezo una etapa nueva, una más de tantas como están al llegar, con muchísimos cambios aunque no con tantas ganas como esperaba y con un horario de mierda. Es verdad, tengo un horario que no se priva de nada, clases por la mañana, clases por la tarde… y alguna que otra hora en la cafetería.

El lunes me voy al piso hasta el viernes, por lo que estaré sin internete. Una vez allí, y aún a riesgo de perderme, iré de tienda en tienda a mirar precios y donde más me convenza lo contrataré ya que mis vecinos no son tan amables de compartir su red wifi conmigo… A ver cuánto tiempo tardan en ponérmelo y demás. Intentaré que sea rápido e indoloro para mi bolsillo.

¡Besos!