La maldición del router poquero

Sí, es poquero. Solo le falta tener el frontal pintado con estampado de leopardo. A mis señores padres se les ocurrió la gran idea de poner wifi "pa' que la niña se pueda conectar con los portátiles". El pack que hay que instalar lo mandan por Seur, 4 cables, un manual, 4 cacharros raros y router blanco... poquero que solo le falta cantar el "Sueño contigo" al darle a un botón.

Yo me tenía por entendida en tema de instalar cosas de estas, ya que me ha tocado hacerlo más de una vez y hacer ruta por casas de familiares y amigos para que ellos también pudieran tener internet. El señor router se conecta y se desconecta cuando le sale de los botones y no me deja configurar el wifi... Mi padre anda interrumpiendo cada cosa que hago con sus visitas a mi habitación recordándome porque este fin de semana quería quedarme en el piso.

Sólo pido una hora de tranquilidad y un router en condiciones para liberar a mis rehenes (aunque teniendo en cuenta que éstos son un teléfono con forma de Garfield y una lata de Coca-Cola lo más probable es que me quede como estoy).

La posibilidad de que se te joda una camiseta es...

directamente proporcional a lo mucho que te guste.

Primero fue la de la peña que hicimos para las últimas Fiestas del vino. En un alarde de originalidad decidimos coger el logo de la Iniciativa Dharma, tunearlo un poco y cambiar 'Perdidos' por 'Bebidos'. La camiseta triunfó en las fiestas... y sí, nosotras con ella. Era la primera camiseta que me gustaba de todas las que hemos ido haciendo para las fiestas, además del nombre y el dibujo llevaba detrás un 22 como una casa de grande y unas letras encima que rezaban 'Mrs. Brightside'. Era perfecta... hasta que mi madre decidió pasarle la plancha por las letras delanteras y se produjo el desastre. Cuando llegué al piso, la saqué de la maleta y vi tamaño 'estropicio' me acordé de Dios, sí. El enfado fue descomunal... me pasé como dos o tres días enfadada con el mundo, en serio.

Ahora ha sido mi otra camiseta favorita. Me la compré el año pasado del H&M, blanca y con el cartel de 'Rebel without cause' con su James Dean. Me enamoré de esta camiseta en cuanto la vi y no me pude resistir a que viniera conmigo. Hoy cuando he mirado tiene un agujero gracias al cinturón que he de usar para que al andar no se me quede el ojete al descubierto con estos pantalones... sería un espectá-culo desagradable a la par que lamentable. La verdad es que con el traqueteo de cambio de buses, maleta arriba y maleta abajo no me extraña. No sé cuantos días pasaré enfadada con el mundo otra vez, pero creo que serán más que la vez anterior. Además, esta camiseta me la ponía en contadas ocasiones para evitar eso mismo, que se dañara... pues jódete y baila.

Mi otra camiseta favorita es una que compré en el FIB Heineken, muy mona y que lleva el estribillo de la canción más 'poquera' de los Killers (Are we human or are we dancer?). Creo que la meteré en el armario y no la sacaré hasta que me case para llevarla a la boda o algo así... y como no tengo pensamiento de casarme se quedará ahí para los restos.

Moraleja: Comprad siempre camisetas feas, baratas y que no os gusten. Usádlas todo lo que podáis porque nunca se romperán, jamás podréis deshaceros de ellas.

Urdiendo mi plan de escapismo

Primer post del año... ya iba siendo hora. He pensado muchas veces en actualizar, de verdad, pero debe ser que gasté las pocas neuronas que me quedaban sanas en los exámenes del mes pasado... Aunque parece ser que los profesores que me califican los exámenes no comparten mi opinión, una pena.

Hablando de profesores, notas y demás dolores de cabeza he de decir que he perdido, casi por completo, mi libertad de expresión. Parece ser que hay un topo o que tenemos un profesor muy listo que se empeña en saber lo que decirmos de él en diversas redes sociales entre otras páginas. Así que creo que me tocará morderme la lengua más de una vez y no decir lo que pienso de mi vida universitaria hasta que no termine la carrera...

Pero bueno, vamos a dejar los malos rollos y esas mierdas que lo que quería decir hoy es que creo que consiguiré que mis padres este año SI me regalen una entrada para un concierto por mi cumpleaños. Debe que ser que se han dado cuenta que pasando de mi el año pasado con lo del concierto de los Killers no hicieron más que llevarse un disgusto y gastarse más dinero, que Benicàssim no es Madrid, y que si digo que tengo que ir a ver un concierto de alguien antes de morir, iré, me cueste lo que me cueste.

Les hablé de Love of Lesbian, y después de que me echaran una de esas miradas raras y explicarles que no eran un grupo de lesbianas, decirles que hay un concierto muy próximo a mi cumpleaños y comentarles el precio del viaje/entrada les convenció más que comprarme una guitarra acústica y tener que aguantarme en casa con semejante adminículo dando por saco (aunque sólo sean unos cuantos fines de semana). Sólo me queda reclutar a unas cuantas personas para no ir sola (por si me pierde tener a alguien a culpar, principalmente) y pedir entradas. Y eso, como diría un señor muy campechano y que no me acaba de caer muy bien, me llena de orgullo y satisfacción.

Dicho esto, doy por finiquitada esta entrada y con el resquemor por no ser capaz de actualizar con algo decente después de un mes y pico. Otro día será otra cosa.

Adiós, bonicos, os dejo con una joyita de LOL: