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martes, 7 de octubre de 2008

Descubriendo aficiones

Lo de que soy torpe es más o menos sabido ya. Lo que muchos desconocen es que dentro de ese amplio abanico de posibilidades de desmañas ahora también incluyo la de perderme.


Se está convirtiendo en mi hobbie favorito desde que (medio) vivo en Ciudad Real, no os digo más. Perderme una vez al día podría ser hasta normal, pero perderme dos veces en menos de una hora es un record.


La cuestión es que Juan vino a mi piso para decirme que me iba al cine con la gente de su resi (gente muy maja que ya conocí mi primer jueves de parranda), él no preguntó, directamente afirmó y se emperró en que me fuera con él hasta su residencia y después a por las entradas con unos cuantos más. Hasta ahí bien, llego a la residencia mientras Juan me decía lo fácil que es llegar, llamamos a Ángel y fuimos a la habitación de Alicia (que no estaba) por si venía, esperamos un poco en la puerta y nos fuimos a por las entradas.


Al comprar las entradas nos fuimos otra vez a la residencia y una vez allí me fui con Cris y con Sheila a comprar chuches -porque seamos sinceros, una peli sin chuches y sin bebida pierde mucho­­- , y al terminar me dejaron en un sitio desde el que me vi capacitada para encontrar mi piso… ¡Pobre de mí que di más vueltas que una peonza! Lo mejor fue que después de cenar, cambiarme y demás tenía que ir yo solita hasta la residencia, así que salí, eché a andar y me volví a perder, ¡con un par! Al rato encontré mi piso y llamé a Juan y a Alicia pidiéndoles ayuda, y si no llega a ser porque Juan se acercó a buscarme me habría quedado sin ver El niño con el pijama de rayas… Pero como está mandao’.


Sabía que tenía un pésimo sentido de la orientación, pero lo que yo desconocía es que es peor que eso, es que es totalmente nulo. Ahora entenderéis que me sorprendiera el viernes de llegar a la primera a la estación de autobuses… :P Dentro de media hora o cosa así volveré a salir a por unos libros y algo de ropa, si no llego a cenar ya sabéis porque es.


Salvando estos detalles no me va muy mal. Ya tengo internet y todo y no me perdí para buscar la tienda porque fui con mi compañera de piso, que si no… Las clases son un tostón, en especial Didáctica, Sociología y Psicología (3 de 6, otro record), los profesores me pueden. Llegan, sueltan su (soporífera) charla y se marchan, eso sí… entre explicación y explicación nos dicen que nos vamos a cagar pero con palabras un poco más amables aunque sus ojos estén diciendo “vais a morir”.


Puesto que no tengo foto para ilustrar la entrada (es lo que tiene esto de tanto ir y venir, que si no se te olvida una cosa se te olvidan 3) pongo un vídeo de Youtube... Menos es nada.

besos!!

4 comentarios:

Lorena dijo...

Hola!

Te comprendo con lo de perderte, yo dentro de lo que cbe, en la ciudad no me pierdo mucho, donde me pierdo es en la universidad, qeu el primer día casi me meto en clase de literatura ingles...vamos lo mismo que lo que me tocaba a esa hora (historia medieval); pero bueno, todoe es cuestión de tiempo ;)

un besazo!

Anónimo dijo...

Ainssssssssss¡¡¡ con lo bonito que es perderse. ¿ Y la de cosas nuevas que ves y vives?. Acabarás conquistando el nuevo territorio.

Biquiños.

Anónimo dijo...

Es divertido descubrir aficiones, ver que podemos compartirlas con otros y que hacerlo nos hace sentir bien =)

Tienes un premio en mi blog, pasa a retirarlo cuando gustes =) Un abrazo!

http://pinceladasdepensamientos.blogspot.com/2008/10/premio-al-esfuerzo-personal.html

justalreadyoryet dijo...

Bueno, no te reprocho nada, que yo estudio turismo y me oriento peor que un pingüino en un garaje...de hecho me he perdido dos veces en el museo del Louvre, me perdí en una estacion de metro de Toronto y en Barcelona entré en el catedral y al salir no sabía donde estaba...
Besotes