sábado, 3 de octubre de 2009
Ron Clark
Es algo que nos toca muy de cerca a todos los que estamos intentando llegar a ser maestrillos (y para todos los que ya lo son más aun, al fin y al cabo, nadie sabe lo que puede pasar hasta que terminemos la carrera!).
Seamos honestos, más de la mitad de los que estamos en Magisterio (sea cual sea la especialidad) no lo estudiamos porque tengamos una gran vocación a la docencia, ni siquiera porque nos gusten los niños un poquito, la mayoría acabaron allí porque se decía (se dice, y en según que especialidades es más que cierto) que no se trabajaba y que era el aprobado fácil... por eso, y porque solo eran tres años de "intenso" estudio (bendito Plan Bolonia que nos ha dejado a todos en bragas). Lo cierto, es que todo eso a la larga termina pasando factura. No es lo mismo actuar de la forma en la que actúa Ron Clark en esa película que las formas que guardan los actuales maestros: ¿Que el niño no estudia y es una gamberro? pues se le pasa un Wisc y si se le puede dar por caso perdido mejor.
Quizá lo mio no sea la docencia, siempre lo he dicho (por eso mismo elegí Lenguas Extranjeras como especialidad, tiene más salidas) pero admiro a quien tiene devoción por esa profesión. A veces tratar con un grupo de niños de 9 años es peor que tratar con los mayores de 30. Esta película muestra lo bueno y lo malo de esa profesión, qué se puede conseguir con ella y sobre todo cómo. Me ha encantado y punto, así que ya que la película está en Youtube os dejo el enlace a la primera parte por si os pica el gusanillo, por si os aburrís demasiado o simplemente porque queréis verla:
P.D.: Habrá que ir comprando el libro de este señor, a ver si eso ayuda en algo, aunque 55 consejos se me hacen pocos para según que alumnos.
miércoles, 12 de agosto de 2009
"Estás loca"
“Estás loca” le repetían una y otra vez. Ella pensaba que si le hubieran dado una moneda de 50 céntimos por cada vez que le dedicaban esa frase a esas altura de su vida le faltaría muy poco para ser millonaria. Pero una vez más, como siempre, hizo caso omiso y salió corriendo como si le fuera la vida en ello. Llegó al aeropuerto, exhausta por la carrera, sintiendo como el corazón se le salía por la boca y notaba esos molestos latidos como si fueran martillazos en sus sienes. Se paró en seco para buscarle. Le encontró en la puerta de embarque, cabizbajo pero dispuesto a marcharse. Ella comenzó a correr otra vez más, él se iba y ella tenía algo que decirle. El cruzó esa maldita puerta y ella comenzó a gritar su nombre en vano, no la escuchó. De nada sirvió intentar lidiar con el personal del aeropuerto. Él ya se había ido. Ella se quedó mirando el avión por la ventana y desecha en un mar de lágrimas susurraba una vez tras otra “te quiero”.
Pero ya era tarde. Él no podía escucharla.
sábado, 1 de agosto de 2009
sábado, 25 de julio de 2009
Cuentas pendientes

Arrastro una "cuenta pendiente" desde hace una cantidad más que cosiderable de años (más o menos desde que cumplí los 7, ahora tengo 21... ¡echad cuentas vosotros que yo soy de letras!). Resulta que cuando era pequeña la música me llamaba mucho la atención, en especial las guitarras, era escuchar una guitarra sonar y quedarme embobada, mi abuela (una santa) decidió regalarme una guitarra, yo la cuidaba e intentaba aprender algo por una prima que iba al conservatorio, pero la cosa no funcionó. Mi abuela se ofreció a apuntarme al conservatorio de música, y yo me negué... Tenía 7 años, si me hubiera ofrecido con 11 no habría dudado en decir que sí.
Ya iban dos intentos fallidos y una guitarra muerta de risa. A eso de los 10 me apunté a unas clases, cuando por fin empezaba a manejarme un poquito con la guitarra la profesora decidió que no daría más clases. Tres intentos fallidos.
Al morir mi abuela. cuando yo tenía 12, heredé otra guitarra que fue de mi tío. En vista del acontencimiento decidí volver a intentar aprender, eso sí, de manera autodidácta. Estuve bastante tiempo intentándolo pero al ver que no sonaba nada en condiciones lo volví a dejar. Cuarto intento para nada y dos guitarras arrinconadas en la habitación.
Cuando tenía 16 mis padres decidieron poner internet, y como Internet lo puede todo (o casi) decidí hacerme un montón de manuales, libros, guias, etc... sobre guitarra. Después de gastar un buen chorro de folios y una cantidad considerable de tiempo al ver que no era capaz, lo volví a dejar. Quinto intento pero igual de desastroso que los anteriores.
Ya en el año 2007 hablando con mi amigo David que domina una cantidad de instrumentos acojonante decidí hacerme con una guitarra eléctrica a ver si con ella conseguía algo. David me pasó documentos sobre los conocimientos básicos que cualquier persona que quiera tocar la guitarra debe tener. Compré la guitarra en octubre, me gustaba pasar las tardes con la guitarra y el amplificador a todo volumen sólo para molestar a la vecina... haciéndo ruido, porque eso era cualquier cosa menos música. Pues en febrero, en vista de mis pocos logros, la guitarra volvió a vencerme. Sexto intento y ya eran tres guitarras criándo polvo.
Me he pasado todo el año diciéndo que me apuntaría a clases este verano, ya que por lo visto el autodidactísmo no es lo mio. Estamos en julio y un día mi señor padre me regala "El Gran Libro de Guitarra" alegando: " Para que te entretengas, que luego dices que no me preocupo". Pues vale. Ahí está el libro, la lado de las tres guitarras.
Hoy he intentado lidiar un rato con la eléctrica. ¿Conclusión? Aprender a tocar la guitarra es una cuenta pendiente que creo que tendré que arrastrar durante una jartá de años más. Y no será porque no le he puesto ganas en todos los intentos, pero nada...
martes, 21 de julio de 2009
El día que fuimos FIBERS
Me levanté a eso de las 5 de la mañana después de no poder pegar ojo en toda la noche. El padre de Alicia nos regió a mi y a María de nuestras respectivas casas y partimos rumbo a Alcazar de San Juan, cada minuto que pasaba era un minuto menos que faltaba para conseguir mi/nuestra esperada meta: ver a The Killers en concierto y en buen sitio para poder disfrutar al máximo. Allí cogimos un tren que nos llevó hasta Albacete, y desde allí otro que nos dejó en Benicàssim. Esto fue curioso porque a última hora nos dimos cuenta de que ese tren llegaba hasta allí, en principio nuestro destino era Castellón, pero nos quedamos en el tren y allí que nos plantamos.

Cuando conseguimos entrar, nos cambiamos en los baños, echamos un vistazo, compré una camiseta y nos fuimos al escenario verde. Estuvimos casi dos horas en la entrada haciendo cola y una vez dentro empezó a sonar la música. Primero CatPeople, que fue un conciertazo genial, después White Lies que no sabemos por qué pero terminó antes de lo previsto por lo que todos los conciertos se adelantaron, después The Psychedelics Furs... que estarían bien para quien le guste el grupo, yo solo puedo decir que me tiré todo el concierto bostezando deseando que los viejales que había sobre el escenario se fueran a casa a reecontrarse con sus nietos y dejasen la música para los que realmente valgan para ello y tras las dos horas de cola más casi 6 de conciertos la traca final; THE KILLERS.
Los anunciaron para las 0.15, tres cuartos de hora antes de lo previsto mientras les preparaban el escenario y los nervios iban en aumento. Estabamos en segunda fila e ibamos a disfrutar de un conciertazo tremend


En uno de los laterales nos encontramos a uno de los que salen en Física o Química (yo porque me lo dijo María, yo esos bodrios no los veo) tirando los vasos de los cubatas medio llenos hacia el público. Para que veais que no solo los guiris están sin civilizar.
The Killers genial, aunque no tocaron ni Can't Stay ni tampoco Sam's Town ni nosotras pudimos disfrutarlo, pero se portaron, la verdad.
Al terminar el concierto fuimos a ver otros escenarios, dimos una vuelta y nos fuimos a la estación como dos horas antes de que abriesen, eso ya estaba lleno de guiris durmiendo en el suelo, y nosotras no ibamos a ser menos. A las 8 sacamos el billete para Castellón, y cuando nos subimos el tren se paró. Creo que fue por sobrepeso, había un montón de ingleses de pie y sentados en los pasillos. El caso es que nos encontramos en el tren con uno de los chicos que había en el concierto que iba con otros tres y eran de Sevilla y nos dijo que podíamos ir en bus después de intentar coger un taxi sin éxito. Nos fuimos con ellos a la parada, luego resultó que no era ahí, un señor nos dijo que no nos daba tiempo a coger el tren en Castellón ni de coña, volvimos a la otra parada a ver como iban los chicos de Sevilla y cuando llegamos un coche había parado y se ofreció a llevarlos hasta Castellón. Así es que nosotras hicimos lo mismo, un coche paró y nos dijo que nos acercaba por el módico precio de 30 eurazos.
Lo del coche fue otra odisea, porque nada más subir nos pusieron "musiquita de la buena, ¿eh? Un poquito de trance guapo" La madre que los parió, dos poqueros. Ahí íbamos nosotras, en un deportivo enano de dos puertas con "el trance" a todo volumen y los pelos a la virulé porque los señores llevaban las ventanillas bajadas. El caso es que llegamos, y después de todo los muchachos se portaron bastante bien y fueron amables.
Y bueno, ya por fin 10 minutos antes de que saliera el tren llegamos a la estación y un poco después encontramos a los de Sevilla, que teniamos el mismo tren, a pesar de salir antes llegaron después.
Y hasta ahí. Después batí el record de dormir... y ya está.